El dolor muscular es una molestia frecuente que puede afectar a personas de todas las edades. Lo sufren tanto personas con una vida sedentaria, como aquellos que apuestan por una vida activa.
Aunque sea una consecuencia inevitable de la vida moderna que llevamos, ignorar el dolor muscular puede llevar a riesgos más serios, desde la limitación de la movilidad hasta el empeoramiento de las condiciones subyacentes.
Por suerte, los masajes son una poderosa herramienta para aliviar el dolor muscular. Brindan beneficios que van más allá de la simple relajación, alivian el malestar y mejoran la calidad de vida.
¿Cuándo hay dolor muscular se pueden dar masajes?
Los masajes ofrecen beneficios sustanciales para el cuerpo. Numerosos estudios han demostrado que los masajes pueden ser aliados efectivos junto a los analgésicos para mitigar dolores musculares.
La comunidad científica afirma que la elección de la terapia de rehabilitación centrada en masajes contribuye a la recuperación de tejido muscular dañado y a la reducción de los síntomas derivados de lesiones musculares.
¿Cuándo no se debe aplicar masaje?
Los masajes están contraindicados cuando se dan alguna de las siguientes circunstancias:
- Alergias e infecciones febriles: Evitar masajes en caso de alergias graves, infecciones con fiebre alta u otras enfermedades contagiosas.
- Embarazos tempranos: No se recomiendan masajes durante los primeros 3 meses de embarazo debido a posibles riesgos.
- Lesiones cutáneas y heridas: Evitar zonas con lesiones, hemorragias o heridas abiertas para prevenir infecciones y complicaciones.
- Dolor aumentado y brotes reumáticos: En estos casos los masajes podrían empeorar la condición.
- Hernias y fragilidad vascular: Las hernias y vasos sanguíneos frágiles deben evitarse para prevenir daños adicionales.
- Problemas cardíacos: En presencia de enfermedades cardíacas descompensadas, taquicardias o bradicardias, los masajes pueden ser perjudiciales.
- Lesiones musculares graves: Evitamos áreas con fracturas no consolidadas, roturas musculares o tendinosas para evitar daños mayores.
- Bursopatías e inflamación: En caso de inflamación de la bursa sinovial o acumulación de líquido articular, los masajes podrían agravar la situación.
Estas precauciones se toman para garantizar la seguridad y el bienestar de las personas. En caso de duda, nuestra recomendación es consultar a un profesional de la salud.
Masajes para el dolor muscular en las piernas
Si necesitas un masaje para aliviar el dolor muscular en las piernas te podemos ayudar. Existen diversos tipos de masajes que se adaptan a tus necesidades, estos son algunos de los más frecuentes:
- Masaje deportivo: Diseñado especialmente para atletas y personas activas, el masaje deportivo se adapta a las necesidades específicas de los músculos utilizados en actividades físicas. Puede ayudar a reducir la tensión muscular y acelerar la recuperación después del ejercicio.
- Masaje relajante: Este tipo de masaje se centra en trabajar las capas más profundas de los músculos y tejidos conectivos. Puede ayudar a liberar tensiones y reducir el dolor muscular al aflojar los nudos y mejorar la circulación sanguínea.
- Masaje de drenaje linfático: Enfocado en estimular el sistema linfático, este masaje puede ayudar a reducir la retención de líquidos y la inflamación en las piernas.
Los masajes para relajar músculos piernas están entre los más solicitados, junto con los masajes para el dolor de espalda. Si necesitas aliviar la tensión muscular, no esperes más, contacto con nosotras hoy mismo y acudiremos a tu domicilio en la fecha y hora acordada.
Cómo hacer un masaje para aliviar el dolor muscular
Si no resides en Málaga o prefieres intentar aliviar personalmente tu dolor muscular, te damos una serie de pasos para que lo puedas intentar. Estos masajes te servirán para potenciar el efecto analgésico:
- Elige la posición más adecuada: Ya sea tumbado, sentado o en una silla, selecciona la posición óptima para el masaje.
- Prepara la zona con aceite: Comienza en la zona baja y extiende suavemente el aceite con movimientos alargados.
- Aplica fricciones ascendentes: Dirige los movimientos de fricción hacia arriba de manera constante.
- Utiliza las yemas de los dedos en círculos: Alterna la presión mientras masajeas en círculos con las yemas de los dedos.
- Emplea la técnica de amansamiento: Dedica unos minutos a masajear una zona específica con el dedo pulgar y la palma.
- Mantén un ritmo constante: Asegúrate de mantener un ritmo uniforme y evita interrupciones o cambios abruptos.
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