Muchas personas asocian los masajes a una sesión placentera y relajante, con aceites y aromas que les ayudan a desconectar y disfrutar de la experiencia. Sin embargo, en algunos casos para realizar bien nuestro trabajo vamos a generar dolor, es inevitable, y en este artículo explicamos por qué.
El dolor experimentado durante o después de un masaje puede deberse a varios motivos. La intensidad y la probabilidad de que ocurra dependen en gran medida del tipo de masaje y la sensibilidad individual. Estas son algunas de las razones por las cuales duele el masaje:
- Tensión muscular previa: Si tienes músculos muy tensos o contracturados antes del masaje, es posible que la presión aplicada durante el masaje cause incomodidad o incluso dolor. Esto es especialmente cierto en masajes terapéuticos o de tejido profundo, que buscan aliviar la tensión muscular.
- Presión excesiva: Algunos terapeutas pueden aplicar demasiada presión durante el masaje, y esto puede resultar incómodo o doloroso, especialmente si no estás acostumbrado a la intensidad. Si es tu caso, antes de comenzar comunica tus preferencias y límites de presión al terapeuta.
- Sensibilidad individual: La percepción del dolor varía de una persona a otra, y de hecho existen personas altamente sensibles. Lo que puede ser un masaje cómodo para una persona puede resultar doloroso para otra debido a diferencias en la sensibilidad de la piel y los músculos.
- Inflamación preexistente: Si tienes áreas inflamadas o lesionadas en tu cuerpo, un masaje en esas zonas puede ser doloroso. Por ejemplo, si tienes una lesión reciente en el músculo, aplicar presión sobre ella puede ser doloroso.
- Tipo de masaje: Algunos tipos de masaje tienden a ser más intensos y, por lo tanto, pueden causar más dolor. Como comentamos en el primer punto, el masaje de tejido profundo se enfoca en capas profundas de tejido muscular y puede resultar más doloroso en comparación con un masaje relajante.
- Falta de relajación inicial: Si no logras relajarte adecuadamente antes del masaje, quizás por nervios o porque llevas una vida ajetreada, tus músculos pueden estar tensos, lo que aumenta la probabilidad de que el masaje sea doloroso.
- Desintoxicación: Algunas personas experimentan síntomas de desintoxicación después de un masaje, como dolor de cabeza o malestar general. Esto se debe a que el masaje puede liberar toxinas acumuladas en el tejido muscular.
Para evitar o reducir la posibilidad de dolor durante un masaje, es importante comunicarte abierta y honestamente con tu terapeuta. Si quieres disfrutar de la experiencia debes informar sobre cualquier área sensible o lesionada, tus preferencias de presión y cualquier sensación de incomodidad durante el masaje para que puedan ajustar su técnica.
¿Por qué duele el masaje descontracturante?
Los masajes descontracturantes pueden resultar dolorosos debido a que están diseñados para abordar de manera intensiva contracturas localizadas. Con frecuencia el dolor es necesario para localizar la contractura muscular. Empleamos movimientos y técnicas que se dirigen directamente al núcleo de tensión. Este enfoque es necesario cuando se busca aliviar el dolor localizado, como el lumbago o una contractura cervical.
Si te duele el masaje descontracturante, en lugar de recurrir al masaje como remedio paliativo, programa masajes regulares a modo de mantenimiento para prevenir la aparición de contracturas musculares. Te lo ponemos muy fácil, simplemente contacta con nosotras, programa tu cita y acudiremos a tu hogar o negocio en Marbella o Estepona.
En el caso de las contracturas más comunes, que suelen derivarse del estrés o las rutinas diarias, se recomienda realizar estiramientos cada mañana para prevenirlas, especialmente en áreas como la zona lumbar, dorsal y el cuello. Sin embargo, si ya estamos experimentando una contractura específica, existen diversas técnicas para reducir la tensión. Una estrategia efectiva consiste en combinar el masaje descontracturante tradicional, que utiliza técnicas de amasamiento y presión con los nudillos, con la aplicación de calor y movimientos de estiramiento. Estos últimos pueden incluir elementos de masajes tradicionales como el tailandés.
Si sufres este tipo de problema de manera habitual, lo ideal es tener una rutina regular de estiramientos y ejercicios de respiración. Esto ayudará tanto a prevenir las contracturas como para tratarlas una vez que aparecen. Puedes contactar con especialistas en estas técnicas o considerar la incorporación de actividades como el yoga o el pilates en tu rutina diaria.
En Body and Soul somos especialistas en ofrecer masajes a domicilio. Se trata de una experiencia totalmente personalizada donde el cliente disfruta del tipo de masaje que ha elegido.